Ponencia Psicoresistenciologia

martes, 27 de octubre de 2009


¿Cuál es el rol del psicólogo en las prácticas comunitarias?

INTRODUCCIÓN

El saludo

Buenas tardes a todos (as), para nosotros (as) es un tremendo agrado estar hoy aquí compartiendo con Uds. Compañeros (as) latinoamericanos (as). Mi nombre es Karla Espinoza, el mío Thomas Belmar y yo, Cesar Gutiérrez.

Somos de Santiago de Chile y pertenecemos a la Universidad Academia de Humanismo Cristiano. El motivo que hoy nos convoca hace referencia generar una síntesis que incorpore generalidades y también especificidades en torno al trabajo que hemos gestado hace ya un año en distintos lugares de Santiago. Estas son comunas con altos niveles de criminalización se han comportado como un nicho fundante en nuestra formación como psicólogos en un contexto comunitario y a la vez, nos ha permitido visualizar el ejercicio, la praxis como un espacio en donde es posible problematizar acepciones teóricas y deconstruir el rol del psicólogo pensado en un desarrollo continúo de nuestras competencias y de la comunidad.

De esta forma, la ponencia que a continuación presenciaran hace alusión al ejercicio de la piscología comunitaria en el Chile actual y como la Investigación Acción Participante se nos presenta como una opción de co-contruir distintos espacios de participación y/o actoría social para aproximarnos a una psicoresistenciologia. Concepto compuesto y difícil no solo de pronunciar sino que además de practicar y entender como un rol poli funcional en un Chile cada vez mas deshumanizado como consecuencia de un sistema económico culturalmente individualizante.

Esperamos que este espacio dure aproximadamente 30 minutos para dar paso a preguntas que generen un dialogo critico y problematizador.
A continuación les presentamos un panorama de la formación de psicólogos en Chile.

DESARROLLO
Contextualización del panorama de la formación de psicólogos

En Chile debe ser uno de los países de Latinoamérica en que mas rápido se a desarrollado y a la vez usufructuado del neoliberalismo y, bajo ese contexto el mercado de las universidades se ha diversificado explosivamente generando miles de profesionales por año, aspecto del cual la psicología no se ha abstraído sino que por el contrario forma parte de uno de los programas académicos más cotizados dentro del mercado. Es por ello que ateniéndonos a estadísticas proporcionadas por el colegio de psicólogos nos parece fundamental, darles a conocer los siguientes datos que nos parecen sumamente preocupantes en relación a la formación, para ello cabe una breve reseña; la psicología como disciplina independiente tiene alrededor de 60 años en chile.

Hasta la década de los 80 las únicas universidades que impartían la carrera en nuestro país eran la universidad de chile y la pontificia universidad católica, las cuales a lo largo de su historia, su formación ha ido adoptando ciertas tendencias en las líneas de investigación orientadas a las neurociencias y en lo clínico, y lo cognitivo-conductual y organizacional respectivamente.

Ya en el año 1981 a partir de la ley general de universidades el numero de instituciones que imparten la carrera de psicología ha tenido un aumento explosivo, existiendo hoy 39 universidades que dictan un total de 95 carreras o programas de pregrado en psicología y 10 que ofrecen programas de magister.

Mientras chile tuvo dos instituciones el número de psicólogos titulados por año normalmente eran de 10 a 20 nuevos profesionales. Sin embargo, las cifras hoy nos señalas que todos los años reciben el título profesional mas de mil doscientas personas, por lo que, pasar de 20 a mil doscientos es otro dato difícil de explicar cuando sabemos que no es posible crear todos los años mil doscientos empleos nuevos.

Tomando en consideración estos datos se nos hace necesario explicitar que el énfasis de nuestra formación esta puesto en el plano social comunitario que busca rescatar la consideración por la diversidad, el pluralismo, el respeto por los derechos humanos y la democracia como ideas fuerzas para generar propuestas transformacionales en nuestras pasantías, entendiendo estas como un acercamiento a un espacio practico de la psicología.

Dicha orientación de nuestro curriculum nos ha llevado y posibilitado posicionarnos dentro de una plataforma de análisis crítico respecto de los procesos sociales a los que nos estamos incorporando; tales como las realidades de las comunas de la Pintana, las Canteras, La Legua.

La Legua como núcleo social criminalizado

La Legua es una población que se encuentra en la comuna de San Joaquín ubicada al sur de Santiago, y su nombre responde precisamente a que se sitúa a “una legua del centro”. Esta fue fundada en el año 1949 por un grupo de pobladores provenientes del norte salitrero de Chile, que venían en busca de mejores condiciones de vida. Inicialmente, esta comunidad surge como un proyecto de viviendas sociales provisorias que, con el paso del tiempo se estableció como definitiva en un espacio geográfico destinado originalmente para el cuidado y mantenimiento de los caballos.

Es así como, para ilustrarlos mejor en estos contextos, nos referiremos al caso especial de la población La Legua, lugar que representa un núcleo social marginado debido a la criminalización que transmiten los medios de comunicación a través de las estigmatizaciones en torno a la delincuencia, la drogadicción, el narcotráfico, la violencia, entre otras y que envuelven a todas las personas que viven allí. Por otro lado, las policías con sus mecanismos de represión contribuyen a la validación de la violencia como dispositivos de control social. Es así que, al enfrentarnos a esta realidad pudimos darnos cuenta que frente a la validación de la violencia como forma de resolver conflictos, las principales causas son la delincuencia, drogadicción, el hacinamiento habitacional, la pobreza, bajos niveles de habilidades sociales, baja autoestima lo que tiene como consecuencia vivir en una cultura de la choreza, donde justamente se presenta a la violencia como forma de validación del sujeto mismo y como mediadora de las relaciones con los vecinos y vecinas, maltrato intrafamiliar, reproducción de los roles de género, invalidación de la opinión de los niños, entre una serie de problemáticas psicosociales.

Futbol callejero como ejemplo

Arrojados a esta realidad estigmatizada, se nos propones desde la ONG “La Caleta” desarrollar una intervención comunitaria orientada a desarrollar habilidades sociales en niños, con el objetivo de potenciar la resolución pacífica de conflictos en un espacio en donde, como ya se manifestó, la violencia es la forma más valida de relacionarse. Cuando hablamos de violencia, nos solo nos referimos a una que impacta sobre nuestra corporalidad, sino que además y sobre todo, sobre las subjetividades de quienes la practican. Desde ahí que vemos en los postulado de Bourdiue en torno a la violencia simbólica una descripción que nos muestra una problemática que no se nos presenta a simple vista, sino que trabaja en una lógica caracterizada por las sutilezas e imposiciones de normas que se imvisibilizan en la cotidianidad. Por ejemplo; En uno de los recreos fue posible ver una agresión entre dos adolescentes. Y al preguntarles por que se goleaban, ellos contestan que “era para obtener el respeto del otro”. A lo que uno de nosotros pregunta ¿Tu nos respetas a nosotros? Y el responde que si, entonces se le vuelve preguntar ¿y ha sido necesario que nosotros te golpeemos para que nos respetes? A lo que contesta no, pero acá así funcionan las cosas.

Este ejemplo cotidiano nos habla de la necesidad de potenciar la consideración por el otro como constructor del sí mismo, del respeto por la integridad física y emocional de nuestros congéneres.

Es así como diseñamos una intervención para trabajar con niño y niñas de La Legua a través del Futbol Callejero, promoviendo el trabajo cooperativo y el respeto por el otro como un pilar fundamental del proceso de co-construcción de espacios comunes y de identidad local en uno de las escuelas con los peores resultados académicos de Chile y por cierto, sobre intervenida.

Al presentar la propuesta y queriendo tener un idea acerca de las expectativas que el proyecto generaba, la dirección nos plantea su entusiasmo e interés diciendo que esperaban un cambio de conducta en los dos cursos o niveles más problemáticos del colegio. Solicitud ante la cual nos esforzamos en aclarar que no sería posible en un corto plazo y por último, el proceso de intervención no estaba orientado en esa dirección.
El trabajo con los niños tuvo – en la evolución conjunta – un impacto positivo, al punto de que se nos solicito evaluar la posibilidad de continuarlo. Este aspecto nos cuestiona la intencionalidad de la intervención en sí, es decir, si esta ultima ésta dirigida a la amplificación sociocultural o al disciplinamiento en la escuela. En otras palabras, si estamos en la vía de la reproducción o la potenciación y liberación de la comunidad.

La propuesta de la resistencia ante la deshumanización (violencia) simbólica

De manera que hemos podido dar cuenta de ciertos efectos determinantes en los ejes de nuestro proyecto, como fue el hecho de proponer la resistencia como elemento para rescatar la grupalidad. No obstante, en las diversas conversaciones nos hemos percatado de la posibilidad dualista de la resistencia; por un lado se presenta como una instancia que posibilita la participación, la grupalidad, la acción crítica y reflexiva; y, por otro un síntoma de este sistema neoliberal que hemos descrito. Mostrándosenos una constatación de que por mucho que exista la crítica hacia los modos de subjetivación desarrollados; existe, desde un análisis exterior la representación sintomatológica de este sistema, visualizando todos aquellos puntos que se desvían de la norma, es decir, aquellas iniciativas impulsadas desde las poblaciones, mas no desde las instituciones a la población, siendo estos los mecanismos de reproducción social los que promueven esta deshumanización que mantienen el orden social en la lógica de la competencia contra los otros y otras. Entonces ¿Qué hacemos? ¿Contra qué y contra quien se resiste?

¿Qué es lo que espera la comunidad del psicólogo comunitario? y por otro lado preguntarse ¿Por qué la comunidad tendría que saber de qué trata el hacer del psicólogo comunitario?

La institucionalización de la psicología comunitaria chilena ha disminuido el impacto en la sociedad, de manera que el psicólogo se vuelve un técnico social quedando encerrado solo en la praxis olvidándose de sistematizar las experiencias que gestiona. Por lo que se vuelve imprescindible rescatar la importancia del papel de la sistematización. De modo que visualizamos en las distintas áreas de la psicología un crisis metodológica (orientada a la praxis) un tanto promovida por la institucionalización y por la carencia de espacios para el dialogo critico. Es así que, se necesita una validación por parte del psicólogo de la comunidad y al mismo tiempo se requiere un rol activo de esta.

CONCLUSIÓN

A modo de conclusión podemos decir que, a través de un sin número de problematizaciones contextualizadas dentro de una realidad concreta, a partir de las intervenciones realizadas en los procesos de experiencias practicas, el rol del psicólogo comunitario dentro del campo de la praxis se ve muy tensionado en cuanto a la forma en que se posiciona dentro de la población y frente a esto, nosotros proponemos que el Rol del Psicólogo Comunitario debe tender a generar procesos que colaboren con la dinamización social, que las personas con las que se trabaja se transformen en actores sociales que repercutan en la transformación de sus realidades. Debe ser un facilitador que ponga en juego todas sus competencias técnicas para promover autonomía y en definitiva permita a la comunidad descubrir herramientas prácticas que le permitan resistir a un sistema que daña el tejido social y que quiebra las confianzas de las comunidades.

Crear una identificación desde una mirada construida con la comunidad, si vemos que en ella hay individualidad primero debemos trabajar en reconstruir las confianzas, poner acento en la valoración de la organización, en el sentido de que con la unidad de las voluntades es posible transformar realidades.

Primero es necesario visualizar como oportunidad a las organizaciones existentes en los sectores, articularlas y convertirlas en redes recursivas, desde ahí trabajar con metodologías que apunten hacia la concientización de las prácticas que hoy mantienen sumida a la población, es decir, a través del dialogo promover reflexiones que vayan generando procesos prácticos más profundos en la construcción de actoría social para que desde las bases, a través de la educación popular broten educadores y educadoras críticos que aporten a la disputa de la hegemonía que se imponen desde las cúpulas, esto permitiría generar prácticas culturales que motiven la organización de las comunidades.
Cuando no hay organizaciones, el trabajo es más complicado pues hay que apostar por las voluntades dirigenciales de las poblaciones, si no es así, apostar por el vínculo que se puede establecer con la comunidad a partir de acciones que el psicólogo deberá, con la ayuda de un equipo, desplegar en el territorio.

El psicólogo debe despertar su conciencia crítica junto a las personas que tengan voluntad de acercarse, aquí es necesario ir generando condiciones a través de un proceso que quizás es más largo, pues es necesario resignificar lo colectivo, la posibilidad que da el trabajar en grupo que cuando hay unidad las cosas se vuelven más sencillas, es decir favorecer que la organización se vuelva un sostén de lo individual donde se produzcan espacios de encuentro entre las subjetividades. Cuando se avanza en la organización y el sentido que ésta tiene es necesario comenzar con acciones participativas que se vuelvan cada vez más protagónicas por la comunidad y en definitiva apunten a la construcción de actores sociales relevantes para tener un rol en la generación de políticas que aporten al desarrollo social. En este sentido uno de los logros puede ser el promover organizaciones de vecinas y vecinos que, a partir de la praxis generen acciones directas en sus barrios que estén en beneficio directo de la comunidad, que se hagan cargo de recuperar los espacios públicos y reconstruir el tejido social.

Desde los elementos de la educación popular, hay acercamientos que a largo plazo pueden provocar experiencias positivas, pues hay que romper con la inmediatez y darle sentido a la proyección, una buena estrategia sería trabajar desde proyectos para conseguir objetivos, ya que con esto se revalora el trabajo, se posterga la gratificación y busca develar que en grupo es más grato cumplir con los objetivos. Pero esta labor también debe comprometer a la comunidad quienes deben trabajar en la reconstrucción de las confianzas.

Cuando se habla de reconstrucción de confianzas, del tejido social, de la grupalidad y la utilización de la resistencia como una herramienta, se pretende transmitir y dar cuenta de complejos procesos culturales y por cierto psicológicos que demandan una toma de posición - y como ya se mencionara – de una suspicaz pero siempre necesaria lectura de la realidad. Y es bajo este prisma, que el rol del psicólogo comunitario demanda no solo una preparación académica y consiguiente adquisición de competencias, sino que además debe fundamentalmente contemplar un proceso de permanente auto evaluación crítica acerca del hacer cotidiano para otorgarle un sentido que permita resignificar las prácticas y otorgarle a la psicología comunitaria el protagonismo que merece dentro de las ciencias sociales.

Es de vital consideración reconocer – por muy evidente que parezca – que el psicólogo es también un individuo que porta su propia historia y bajo esta lógica, es su subjetividad la que está en juego en los procesos sociales que pretende emprender y co-construir.

Muchas gracias.


Asunción 09 de Octubre de 2009

3 comentarios:

Anónimo dijo...

wena cauros...aguante psicoresietnciologia

Lissette Faundez dijo...

Hicieron un gran trabajoo!

Fuerza y mucho éxito =)

Anónimo dijo...

Buena Ponencia...
Saludos,
vamos por ancho kamino,
Lalo

TALLER: APRENDER HACIENDO. COLAEPSI PARAGUAY 2009

PONENCIA: ¿Cuál es el rol del psicólogo en las prácticas comunitarias? COLAEPSI PARAGUAY 2009

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