Víctima o Victimario...

viernes, 4 de diciembre de 2009

“He sido educado en aquello de que toda autoridad viene de dios,
concedo por supuesto.
Pero hay que preguntarse una cosa muy importante,

primero está aquello que se debe obedecer a dios antes que a los hombres,

que es mucho más
importante que el decir

que toda autoridad viene de dios (…)

Por ejemplo la autoridad de los psiquiatras, viene de dios,
pero eso, ¿prestigia a los psiquiatras, o deja mal a dios?
Espero que nadie lo tome como blasfemia.”

(Fragmento, Sabias Palabras. Manu Chao, La Colifata)


Al ver por primera vez el clásico del cine chileno “El Chacal de Nahueltoro” de inmediato me han venido dos ideas a la cabeza, dos ideas que hicieron emerger aun muchas más ideas e inquietudes, y fue ahí cuando comenzó a emerger el análisis que llevaré a cabo en el presente ensayo.

La primera idea desciende del derecho penal y permite preguntarse ¿cómo se puede culpar a un hombre, penalizarlo y además ser condenado a la pena de muerte, si no hay un sistema que genere educación e inserción en la sociedad? Esta idea esta claramente plasmada en esta película, haciendo notar un error y una contradicción fatal, que termina convirtiendo al protagonista en víctima del sistema, dejándolo como gran victimario al estado, quien proporciona tardíamente la rehabilitación y posteriormente el castigo. Debemos tomar en consideración que el “derecho es el conjunto de normas que regulan la convivencia social y permiten resolver los conflictos interpersonales” (Caucoto, N. Introducción al derecho).

Por lo tanto, si actuamos fuera de estas normas manifestadas en el código penal, podemos también ser calificados como “los otros” que podemos afectar a la estabilidad de la mayoría, diría Foucault. Es necesario clarificar que no proponemos el abolicionismo frente a este panorama, sino solo hacer notar esta contradicción en el sistema penal.


En segundo lugar, no nos podemos alejar de una segunda idea, que originalmente la escuchamos en una crítica a los planteamientos freudianos sobre sus estudios en la sanación de la histeria, donde se critica esta pretensión curativa de la histeria, sin tomar en consideración curar a la sociedad que la genera. En esta oportunidad se da una cuota de responsabilidad y locura a la sociedad, donde esos “otros” son “otros” porque hay una sociedad que los califica como “otros”, y donde nuevamente se pretende no afectar la estabilidad del grupo mayor que quizás también está afectado por una locura, pero de una locura normalizada y que a la vez los hace pertenecer a la mayoría.

Ahora bien, es necesario y pertinente que nos cuestionemos la locura, y la tensión entre lo normal y lo anormal. En consecuencia, como se grafica esta situación en la sociedad, y bajo que fundamentos se genera esta idea. ¿Será por mantener la estabilidad del grupo mayor y por lo mismo estos “otros” son alejados de la sociedad? ¿Será por que rompen las normas de estabilidad del grupo mayor? Foucault plantea que los aparatos institucionales tales como las cárceles o psiquiátricos surgen en función de un control del los cuerpos de estos “otros”.

Para un mayor entendimiento comprendemos que la película “El Chacal de Nahueltoro” trata de la historia verídica de un hombre Chileno vagabundo llamado Jorge del Carmen Valenzuela Torres que, criado en la miseria y el sufrimiento asesinó a una mujer y a los cinco hijos de ésta, los que le habían dado alojamiento, siendo condenado a muerte con posterioridad. El film nos muestra en imágenes el testimonio de "El Chacal de Nahueltoro” y la difícil infancia del asesino, su incierta adolescencia y la miseria que lo acompañó siempre. Además, el nos acerca al encierro y amansamiento del protagonista en la cárcel hasta el cumplimiento de la sentencia de la pena de muerte.

El film nos propicia a la reflexión sobre los fundamentos mismos del delito y la justicia de lo que llamamos “el marginal” frente a la sociedad. “El Chacal de Nahueltoro” representa la irracionalidad frente al orden que imponen las instituciones modernas, es un excluido, vive al margen de todo límite moral y norma legal, simboliza esos espacios oscuros que no pueden ser alumbrados por la racionalidad moderna. Por este motivo, necesita ser descifrado y entendido.


Pues el cuestionamiento del millón para nosotros, y además donde podemos aunar estas dos ideas que emergieron de manera espontánea en nuestras cabezas se pueden graficar en la conflictiva de estos “otros” encajados en la locura y el castigo que ofrece la sociedad o los aparatos institucionales como la cárcel o el psiquiátrico.

Esta condición alienante que proporciona la sociedad para lo “anormal”, se activa para la serenidad de la sociedad, se castiga para la convivencia y la paz social dejando de lado el llamado estado de “salud” lleva en sí el gérmen de lo mórbido” (Foucault, M. 2004 El nacimiento de la clínica) siendo éste germen parte de nosotros. Se deja a un lado a la sociedad, quien cumple un rol importante en el concepto de “locura”.

En primer lugar, podemos decir que, la sociedad es quien aliena y discrimina la construcción personal, entonces ¿como castigar? Esto es claro en los aconteceres experienciales del “chacal”, quien no respondía a la norma ya que nunca tuvo un arraigo social, pues no tenía familia, ni tampoco al estado que lo educara para la inserción social, llegando estos esquemas cuando ya era demasiado tarde. En otras palabras, podríamos decir que nunca se manifestó el poder de la norma en su psiquis. Cae precisamente en este escenario rescatar un extracto de la idea de de Enrique Gómez Correa en su libro “Sociología de la locura” en el cual afirma que “vivimos bajo el prejuicio de lo “normal”. Toda manifestación incómoda para la tranquilidad de los señores dominantes, es calificada de enfermiza”(1) aquí lo anormal, o los “otros”, como lo planteamos antes, nos hace dar cuenta de esta concepción discriminatoria en la que cae la sociedad, esta “anormalidad” que rompe con la estabilidad de la mayoría o de los señores dominantes, es despojada de manera arbitraria e inescrupulosa, pasando a ser clasificada como “locura” dejando de lado tintes subjetivos y experienciales. Esto esta vivamente plasmado en “El Chacal de Nahueltoro”

También nos encontramos con lo “normal”, con un sujeto modelo para la sociedad, un producto de la sociedad para la convivencia y equilibrio social. Foucault nos dice sobre esto que “La medicina desarrollará también un concepto de hombre saludable, es decir a la vez una experiencia del hombre no enfermo, y una definición del hombre modelo (…) Toma una postura normativa que la funda para regir relaciones físicas y morales del individuo y de la sociedad en la cual él vive.” (Foucault M. El Nacimiento de la Clínica)

Podemos deducir entonces que existe un ideal de hombre que se apega a la norma y que tiene como principal finalidad que sea o llegue a ser un sujeto para la sociedad, y por otro lado desde el punto de vista de la anormalidad, lo que no se quiere que los sujetos sean. Esto atiende estrictamente a las construcciones sociales de estos sujetos, a su propio contexto y desde ahí analizar su actuar, y catalogarlos para un buen comportamiento moral y normativo, pues de lo contrario habría un quiebre en esta tensión de lo normal y lo anormal, clasificado en algunos casos como “locura” y en otros casos penalizado como la cinta que Littin realiza.

En segundo lugar, es necesario tomar en cuenta que la “locura” es parte de la sociedad, y no es un factor externo que derrumba nuestra anhelado equilibrio social, nosotros somos también responsables de que este diagnóstico tan discriminado aparezca y se haga parte de nuestra inmaculada edificación social, nosotros somos parte de la locura, y de manera olvidadiza y desconsiderada pretendemos eliminarla de nuestro orden, viéndola como un importuno, que intenta derrumbar la estabilidad que como proyecto intentamos configurar.

Entonces, logramos captar que victimario se trasforma en víctima de este orden impuesto por el mundo civilizado, este panorama se presenta como una cadena infinita donde todos los victimarios se convierten en víctimas del verdugo mayor, que en este caso seria la sociedad y los aparatos institucionales. Metafóricamente podríamos encontrar a todos los estamentos sociales encargados de hacer valer los preceptos consagrados en el derecho procesal penal, donde el conjunto de normas se entiende como el modo de aplicación de las normas escritas en el código penal. Nos encontramos entonces con los agentes reguladores, es decir, los jueces, el sacerdote, la policía y la multitud, quien se encarga de enfrentar al “Chacal de Nahueltoro”, gritándole “asesino, criminal, desquiciado” con el fin de hacerle saber que el era un “otro”, un extraño boicoteador del orden social.

Así mismo, Foucault en “el nacimiento de la clínica” explica que “las sociedades viven ya que hay en ellas enfermos que se marchitan, y otros, sanos en plena expansión”.(2) Es aun más clarificador lo que queremos decir en este ensayo, pues la locura y los psiquiátricos, los criminales y las cárceles, son necesarias en la sociedad, para esta “expansión” de los sanos. Por su lado Gómez nos dice que “es inconcebible la existencia de una sociedad, en ausencia del factor “anormal”. El crimen y todas las demás expresiones repudiadas; los “inadaptados” y los “degenerados superiores”, vienen a constituir, pues, las condiciones de existencia de la sociedad”(3)

De esta manera, se hace evidente que la “anormalidad”, es decir, los “otros” son una parte importante de lo construido, pues como siempre se ha sabido, en la sociedad hay roles que cuentan con una territorialidad y una función significativa dentro de esta organización de la sociedad.

Ahora bien, podemos ver que nuestras dos ideas espontáneas no están tan fuera de lugar, ya que hay un funcionamiento social que permite el movimiento de estos engranajes, que tienen como finalidad una articulación que mantienen el equilibrio social, que permite a unos, ser hombres ideales diferenciándose de estos “otros”, pero que de alguna manera también necesitan una sanación, no se puede curar una locura, apartándose de una sociedad que la genera. Y por otro lado, como estos son castigados por el brazo de la ley, donde el estado sin hacer cumplido su rol subsidiario previo, pena sin tomar en consideración la vida anómica de un sujeto, sin un arraigo social, rehabilitando de manera tardía, como es el caso del protagonista del “Chacal de Nahueltoro”, llegando a un final bastante lamentable y terrible.

La sociedad es la que se encarga de comprender y dotar de razón los abominables actos del Chacal, mientras que para el, la vida no se justifica en la razón, su situación, podemos decir que es una pura sucesión de hechos sin proyección o futuro, Jorge es un sujeto del que sabemos su origen y que sabemos su final, estamos frente a un marginal cuya existencia misma está a la base de la cultura tradicional chilena, donde la marginalidad social y cultural lo envestirán con subjetividad, su historia de vida nos remonta a la pobreza y la exclusión, al “huacheraje” y la rabia social, a la falta de sociabilidad y de trabajo, todo esto envuelto en un vago y nebulosos manejo del lenguaje que no permite la diferenciación de éste con su turbulenta y miserable vida.


El chacal cuando es encarcelado y captado por el sistema institucional, adquiere un status de persona, el estatus del hombre moderno, pero esta institución es la que le da muerte, luego de la higiene, el deporte, la religión, la instrucción y el trabajo se finaliza con el actuar de la soberanía del aparato de justicia, nos encontramos con el triunfo de la modernidad penitenciaria y judicial. Sin embargo nos vemos frente a una modernidad que nos agolpa de forma agresiva y terrible, se trata de una sociedad donde hay una primacía de los discursos modernos sobre el manejo institucional de la sociedad y el progreso cultural. Vemos como el plano penal, la institución penitenciaria solo combina ciertas cosas de un control disciplinario moderno, por un lado, con maneras arcaicas de instrucción religiosa y trabajo artesanal para conducir a una intimidad culposa y redimida del Chacal que finalmente adquiere rasgos de humanidad.

El Chacal, dotado de una personalidad hermética e introvertida, se presenta de forma enigmática ante la razón y lastimera ante la sociedad espléndida que tiene el don de la vida en sus manos, se enfrenta a un sacerdote que aconseja, un juez que sentencia, un capitán que habla del fusilamiento, pero el peso del orden social es mayor, y la figura de autoridad y Ley deben cumplirse, por tanto la locura y la aberración deben extirparse por el bien común, pero ¿que ocurre con el origen del crimen? ¿Con las verdaderas razones que impulsaron a Jorge a realizar tremendo crimen? Estas son las dudas y problemáticas que nos deja el film y nos lleva a reflexionar tentativamente que quizás debemos indagar sobre la personalidad del chacal y sus antecedentes, que nos muestran que desde niño tuvo una vida miserable de sufrimiento, violencia y desamor, ambiente que formó lo que llamamos “una personalidad anormal” llevándolo e impulsándolo a reaccionar en forma violenta, reproduciendo por cierto su propia ley, distinto a una persona normal, sin respeto al orden y la moral. Es así que podemos dilucidar la contradicción a la que nos enfrentamos, donde el victimario se trasforma en víctima en el orden impuesto por el mundo civilizado y la sociedad es la encargada administrar la muerte para vengarla.





(1) Gómez, E. (1945) “Sociología de la locura”,Santiago de Chile, Ediciones; Aire Libre. Cap.I “los llamados estados de “salud” y de “enfermedad”, pág. 88
(2) Foucault, M. (2004), “El nacimiento de la clínica”, Buenos Aires Argentina. Ediciones; Siglo XXI. Cáp II; “Una conciencia pólitica”, Pág: 62

(3) Gómez, E. idem. Pág; 89

Ponencia Psicoresistenciologia

martes, 27 de octubre de 2009


¿Cuál es el rol del psicólogo en las prácticas comunitarias?

INTRODUCCIÓN

El saludo

Buenas tardes a todos (as), para nosotros (as) es un tremendo agrado estar hoy aquí compartiendo con Uds. Compañeros (as) latinoamericanos (as). Mi nombre es Karla Espinoza, el mío Thomas Belmar y yo, Cesar Gutiérrez.

Somos de Santiago de Chile y pertenecemos a la Universidad Academia de Humanismo Cristiano. El motivo que hoy nos convoca hace referencia generar una síntesis que incorpore generalidades y también especificidades en torno al trabajo que hemos gestado hace ya un año en distintos lugares de Santiago. Estas son comunas con altos niveles de criminalización se han comportado como un nicho fundante en nuestra formación como psicólogos en un contexto comunitario y a la vez, nos ha permitido visualizar el ejercicio, la praxis como un espacio en donde es posible problematizar acepciones teóricas y deconstruir el rol del psicólogo pensado en un desarrollo continúo de nuestras competencias y de la comunidad.

De esta forma, la ponencia que a continuación presenciaran hace alusión al ejercicio de la piscología comunitaria en el Chile actual y como la Investigación Acción Participante se nos presenta como una opción de co-contruir distintos espacios de participación y/o actoría social para aproximarnos a una psicoresistenciologia. Concepto compuesto y difícil no solo de pronunciar sino que además de practicar y entender como un rol poli funcional en un Chile cada vez mas deshumanizado como consecuencia de un sistema económico culturalmente individualizante.

Esperamos que este espacio dure aproximadamente 30 minutos para dar paso a preguntas que generen un dialogo critico y problematizador.
A continuación les presentamos un panorama de la formación de psicólogos en Chile.

DESARROLLO
Contextualización del panorama de la formación de psicólogos

En Chile debe ser uno de los países de Latinoamérica en que mas rápido se a desarrollado y a la vez usufructuado del neoliberalismo y, bajo ese contexto el mercado de las universidades se ha diversificado explosivamente generando miles de profesionales por año, aspecto del cual la psicología no se ha abstraído sino que por el contrario forma parte de uno de los programas académicos más cotizados dentro del mercado. Es por ello que ateniéndonos a estadísticas proporcionadas por el colegio de psicólogos nos parece fundamental, darles a conocer los siguientes datos que nos parecen sumamente preocupantes en relación a la formación, para ello cabe una breve reseña; la psicología como disciplina independiente tiene alrededor de 60 años en chile.

Hasta la década de los 80 las únicas universidades que impartían la carrera en nuestro país eran la universidad de chile y la pontificia universidad católica, las cuales a lo largo de su historia, su formación ha ido adoptando ciertas tendencias en las líneas de investigación orientadas a las neurociencias y en lo clínico, y lo cognitivo-conductual y organizacional respectivamente.

Ya en el año 1981 a partir de la ley general de universidades el numero de instituciones que imparten la carrera de psicología ha tenido un aumento explosivo, existiendo hoy 39 universidades que dictan un total de 95 carreras o programas de pregrado en psicología y 10 que ofrecen programas de magister.

Mientras chile tuvo dos instituciones el número de psicólogos titulados por año normalmente eran de 10 a 20 nuevos profesionales. Sin embargo, las cifras hoy nos señalas que todos los años reciben el título profesional mas de mil doscientas personas, por lo que, pasar de 20 a mil doscientos es otro dato difícil de explicar cuando sabemos que no es posible crear todos los años mil doscientos empleos nuevos.

Tomando en consideración estos datos se nos hace necesario explicitar que el énfasis de nuestra formación esta puesto en el plano social comunitario que busca rescatar la consideración por la diversidad, el pluralismo, el respeto por los derechos humanos y la democracia como ideas fuerzas para generar propuestas transformacionales en nuestras pasantías, entendiendo estas como un acercamiento a un espacio practico de la psicología.

Dicha orientación de nuestro curriculum nos ha llevado y posibilitado posicionarnos dentro de una plataforma de análisis crítico respecto de los procesos sociales a los que nos estamos incorporando; tales como las realidades de las comunas de la Pintana, las Canteras, La Legua.

La Legua como núcleo social criminalizado

La Legua es una población que se encuentra en la comuna de San Joaquín ubicada al sur de Santiago, y su nombre responde precisamente a que se sitúa a “una legua del centro”. Esta fue fundada en el año 1949 por un grupo de pobladores provenientes del norte salitrero de Chile, que venían en busca de mejores condiciones de vida. Inicialmente, esta comunidad surge como un proyecto de viviendas sociales provisorias que, con el paso del tiempo se estableció como definitiva en un espacio geográfico destinado originalmente para el cuidado y mantenimiento de los caballos.

Es así como, para ilustrarlos mejor en estos contextos, nos referiremos al caso especial de la población La Legua, lugar que representa un núcleo social marginado debido a la criminalización que transmiten los medios de comunicación a través de las estigmatizaciones en torno a la delincuencia, la drogadicción, el narcotráfico, la violencia, entre otras y que envuelven a todas las personas que viven allí. Por otro lado, las policías con sus mecanismos de represión contribuyen a la validación de la violencia como dispositivos de control social. Es así que, al enfrentarnos a esta realidad pudimos darnos cuenta que frente a la validación de la violencia como forma de resolver conflictos, las principales causas son la delincuencia, drogadicción, el hacinamiento habitacional, la pobreza, bajos niveles de habilidades sociales, baja autoestima lo que tiene como consecuencia vivir en una cultura de la choreza, donde justamente se presenta a la violencia como forma de validación del sujeto mismo y como mediadora de las relaciones con los vecinos y vecinas, maltrato intrafamiliar, reproducción de los roles de género, invalidación de la opinión de los niños, entre una serie de problemáticas psicosociales.

Futbol callejero como ejemplo

Arrojados a esta realidad estigmatizada, se nos propones desde la ONG “La Caleta” desarrollar una intervención comunitaria orientada a desarrollar habilidades sociales en niños, con el objetivo de potenciar la resolución pacífica de conflictos en un espacio en donde, como ya se manifestó, la violencia es la forma más valida de relacionarse. Cuando hablamos de violencia, nos solo nos referimos a una que impacta sobre nuestra corporalidad, sino que además y sobre todo, sobre las subjetividades de quienes la practican. Desde ahí que vemos en los postulado de Bourdiue en torno a la violencia simbólica una descripción que nos muestra una problemática que no se nos presenta a simple vista, sino que trabaja en una lógica caracterizada por las sutilezas e imposiciones de normas que se imvisibilizan en la cotidianidad. Por ejemplo; En uno de los recreos fue posible ver una agresión entre dos adolescentes. Y al preguntarles por que se goleaban, ellos contestan que “era para obtener el respeto del otro”. A lo que uno de nosotros pregunta ¿Tu nos respetas a nosotros? Y el responde que si, entonces se le vuelve preguntar ¿y ha sido necesario que nosotros te golpeemos para que nos respetes? A lo que contesta no, pero acá así funcionan las cosas.

Este ejemplo cotidiano nos habla de la necesidad de potenciar la consideración por el otro como constructor del sí mismo, del respeto por la integridad física y emocional de nuestros congéneres.

Es así como diseñamos una intervención para trabajar con niño y niñas de La Legua a través del Futbol Callejero, promoviendo el trabajo cooperativo y el respeto por el otro como un pilar fundamental del proceso de co-construcción de espacios comunes y de identidad local en uno de las escuelas con los peores resultados académicos de Chile y por cierto, sobre intervenida.

Al presentar la propuesta y queriendo tener un idea acerca de las expectativas que el proyecto generaba, la dirección nos plantea su entusiasmo e interés diciendo que esperaban un cambio de conducta en los dos cursos o niveles más problemáticos del colegio. Solicitud ante la cual nos esforzamos en aclarar que no sería posible en un corto plazo y por último, el proceso de intervención no estaba orientado en esa dirección.
El trabajo con los niños tuvo – en la evolución conjunta – un impacto positivo, al punto de que se nos solicito evaluar la posibilidad de continuarlo. Este aspecto nos cuestiona la intencionalidad de la intervención en sí, es decir, si esta ultima ésta dirigida a la amplificación sociocultural o al disciplinamiento en la escuela. En otras palabras, si estamos en la vía de la reproducción o la potenciación y liberación de la comunidad.

La propuesta de la resistencia ante la deshumanización (violencia) simbólica

De manera que hemos podido dar cuenta de ciertos efectos determinantes en los ejes de nuestro proyecto, como fue el hecho de proponer la resistencia como elemento para rescatar la grupalidad. No obstante, en las diversas conversaciones nos hemos percatado de la posibilidad dualista de la resistencia; por un lado se presenta como una instancia que posibilita la participación, la grupalidad, la acción crítica y reflexiva; y, por otro un síntoma de este sistema neoliberal que hemos descrito. Mostrándosenos una constatación de que por mucho que exista la crítica hacia los modos de subjetivación desarrollados; existe, desde un análisis exterior la representación sintomatológica de este sistema, visualizando todos aquellos puntos que se desvían de la norma, es decir, aquellas iniciativas impulsadas desde las poblaciones, mas no desde las instituciones a la población, siendo estos los mecanismos de reproducción social los que promueven esta deshumanización que mantienen el orden social en la lógica de la competencia contra los otros y otras. Entonces ¿Qué hacemos? ¿Contra qué y contra quien se resiste?

¿Qué es lo que espera la comunidad del psicólogo comunitario? y por otro lado preguntarse ¿Por qué la comunidad tendría que saber de qué trata el hacer del psicólogo comunitario?

La institucionalización de la psicología comunitaria chilena ha disminuido el impacto en la sociedad, de manera que el psicólogo se vuelve un técnico social quedando encerrado solo en la praxis olvidándose de sistematizar las experiencias que gestiona. Por lo que se vuelve imprescindible rescatar la importancia del papel de la sistematización. De modo que visualizamos en las distintas áreas de la psicología un crisis metodológica (orientada a la praxis) un tanto promovida por la institucionalización y por la carencia de espacios para el dialogo critico. Es así que, se necesita una validación por parte del psicólogo de la comunidad y al mismo tiempo se requiere un rol activo de esta.

CONCLUSIÓN

A modo de conclusión podemos decir que, a través de un sin número de problematizaciones contextualizadas dentro de una realidad concreta, a partir de las intervenciones realizadas en los procesos de experiencias practicas, el rol del psicólogo comunitario dentro del campo de la praxis se ve muy tensionado en cuanto a la forma en que se posiciona dentro de la población y frente a esto, nosotros proponemos que el Rol del Psicólogo Comunitario debe tender a generar procesos que colaboren con la dinamización social, que las personas con las que se trabaja se transformen en actores sociales que repercutan en la transformación de sus realidades. Debe ser un facilitador que ponga en juego todas sus competencias técnicas para promover autonomía y en definitiva permita a la comunidad descubrir herramientas prácticas que le permitan resistir a un sistema que daña el tejido social y que quiebra las confianzas de las comunidades.

Crear una identificación desde una mirada construida con la comunidad, si vemos que en ella hay individualidad primero debemos trabajar en reconstruir las confianzas, poner acento en la valoración de la organización, en el sentido de que con la unidad de las voluntades es posible transformar realidades.

Primero es necesario visualizar como oportunidad a las organizaciones existentes en los sectores, articularlas y convertirlas en redes recursivas, desde ahí trabajar con metodologías que apunten hacia la concientización de las prácticas que hoy mantienen sumida a la población, es decir, a través del dialogo promover reflexiones que vayan generando procesos prácticos más profundos en la construcción de actoría social para que desde las bases, a través de la educación popular broten educadores y educadoras críticos que aporten a la disputa de la hegemonía que se imponen desde las cúpulas, esto permitiría generar prácticas culturales que motiven la organización de las comunidades.
Cuando no hay organizaciones, el trabajo es más complicado pues hay que apostar por las voluntades dirigenciales de las poblaciones, si no es así, apostar por el vínculo que se puede establecer con la comunidad a partir de acciones que el psicólogo deberá, con la ayuda de un equipo, desplegar en el territorio.

El psicólogo debe despertar su conciencia crítica junto a las personas que tengan voluntad de acercarse, aquí es necesario ir generando condiciones a través de un proceso que quizás es más largo, pues es necesario resignificar lo colectivo, la posibilidad que da el trabajar en grupo que cuando hay unidad las cosas se vuelven más sencillas, es decir favorecer que la organización se vuelva un sostén de lo individual donde se produzcan espacios de encuentro entre las subjetividades. Cuando se avanza en la organización y el sentido que ésta tiene es necesario comenzar con acciones participativas que se vuelvan cada vez más protagónicas por la comunidad y en definitiva apunten a la construcción de actores sociales relevantes para tener un rol en la generación de políticas que aporten al desarrollo social. En este sentido uno de los logros puede ser el promover organizaciones de vecinas y vecinos que, a partir de la praxis generen acciones directas en sus barrios que estén en beneficio directo de la comunidad, que se hagan cargo de recuperar los espacios públicos y reconstruir el tejido social.

Desde los elementos de la educación popular, hay acercamientos que a largo plazo pueden provocar experiencias positivas, pues hay que romper con la inmediatez y darle sentido a la proyección, una buena estrategia sería trabajar desde proyectos para conseguir objetivos, ya que con esto se revalora el trabajo, se posterga la gratificación y busca develar que en grupo es más grato cumplir con los objetivos. Pero esta labor también debe comprometer a la comunidad quienes deben trabajar en la reconstrucción de las confianzas.

Cuando se habla de reconstrucción de confianzas, del tejido social, de la grupalidad y la utilización de la resistencia como una herramienta, se pretende transmitir y dar cuenta de complejos procesos culturales y por cierto psicológicos que demandan una toma de posición - y como ya se mencionara – de una suspicaz pero siempre necesaria lectura de la realidad. Y es bajo este prisma, que el rol del psicólogo comunitario demanda no solo una preparación académica y consiguiente adquisición de competencias, sino que además debe fundamentalmente contemplar un proceso de permanente auto evaluación crítica acerca del hacer cotidiano para otorgarle un sentido que permita resignificar las prácticas y otorgarle a la psicología comunitaria el protagonismo que merece dentro de las ciencias sociales.

Es de vital consideración reconocer – por muy evidente que parezca – que el psicólogo es también un individuo que porta su propia historia y bajo esta lógica, es su subjetividad la que está en juego en los procesos sociales que pretende emprender y co-construir.

Muchas gracias.


Asunción 09 de Octubre de 2009

Psicologia y Conflicto Mapuche

miércoles, 21 de octubre de 2009



CARTA DE UN COMPAÑERO QUE NOS INVITA A REFLEXONAR SOBRE EL CONFLICTO MAPUCHE Y EL QUE HACER DE LA PSICOLOGIA
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Estimados/as:


Me presento soy Pablo Klimpel estudiante de psicología de la Universidad Arcis Valparaíso. Durante mi trayectoria en la Universidad en conjunto con muchos compañeros/as y profesores, hemos organizado distintas actividades, seminarios, charlas y un Congreso. En estos, siempre hemos problematizado la Psicología, en función de situaciones sociales concretas y con miras a tener una posición frente a la realidad, con implicancias éticas y políticas.


Creo que es importante reflexionar un poco sobre el rol y la condición social de nosotros/as como psicólogos/as y/o futuros profesionales y esto, para quienes se sientan llamados/as y tomar alguna posición al respecto.


En nuestro país, existen muchas problemáticas que requieren atención, pero hay una que requiere especial cuidado y atención. La situación del pueblo Mapuche. Como deben saber, la oleada de violencia desde el estado Chileno, ha ido en aumento y ya no solo esta dirigida contra los supuestos “terroristas” o las organizaciones que reivindican la Autonomía del territorio Mapuche como la CAM, si no, que desde hace un tiempo, esta dirigida al conjunto de la vida de los Mapuches.


Por citar un ejemplo reciente, el viernes 16 de Octubre la comunidad de Temucuicui fue allanada de forma armada por parte de carabineros donde resultaron heridos 7 niños, 6 hombres y 7 mujeres, algunas de ellas embarazadas, heridos con perdigones, siendo todos los niños, entre ellos varios recién nacidos, asfixiados y afectados con químicos desconocidos. Se cree que este lunes 19 de Octubre por la noche en el sector de Lolenco, Angol. ha muerto nuevamente otro comunero Mapuche baleado en enfrentamiento con carabineros según fuentes del diario Austral de Temuco.


Estos hechos, no solo afectan la forma total de las vidas de esas comunidades, niños, mujeres y hombres, sus valores y cultura, así como su integridad física y psicológica. Si no que son un grave atentando contra la vida, los derechos humanos y el respeto que todo grupo humano y cultura merece. Como profesionales que velan por la -salud mental- en sus distintos ámbitos, creo que es importante un pronunciamiento ético al respecto, de denuncia contra esta grave situación. Este es un llamado amplio tanto los diversos sectores de la “Psicología organizada”, como al Colegio de Psicólogos de Chile, Universidades y centros de estudio.


Creo que un deber ético de la disciplina, es precisamente velar por mejores condiciones efectivas en la calidad de vida de las personas y los pueblos, haciéndose participe de los procesos sociales, de los cuales se es parte.


Las universidades y centros de estudio, aparte de ser grandes complejos técnicos interesados en lucrar y producir nuevas especialidades que justifiquen la creación constante de nuevos postgrados, magíster y doctorados, cada uno, con mayores niveles de “complejidad y experticia” en los cuales corremos, por un mejor puesto. También deberían tener una voz dentro de los conflictos que nos aquejan como sociedad, siendo responsables con la cantidad de “conocimiento” que manejan. Es increíble la cantidad de encuentros, seminarios, congresos, charlas que se están dando a nivel nacional y Latino Americano, pero nos vemos frente a una incapacidad de incidencia estructural gigante frente a los “grandes problemas” que estudiamos e intervenimos. Que no es proporcional al conocimiento que se produce.


Algo de lo que se ha estado hablando en muchos encuentros y congresos que he asistido en los últimos años, es la necesidad de organizarse como psicólogos, ya no solo como profesionales, si no como trabajadores. Donde por un lado, se vele por nuestros derechos frente a la precariedad y flexibilidad laboral de nuestro rubro, si no también en la capacidad que podemos y podríamos tener en proyectos de ley y de políticas sociales. Nosotros con los “grandes estudios” sobre infancia y adolescencias ¿tuvimos la capacidad de pronunciarnos frente a la nueva ley penal juvenil y el impacto que esto tiene en la juventud?


Si tanto velamos por la “salud mental” ¿hemos sido capaces de denunciar la violencia estructural del sistema contra las personas y la calidad de vida?, por que hablar de salud, es hablar de la calidad de vida, el acceso a los derechos básicos, etc. Que decir del impacto en la subjetividad colectiva de los medios de comunicación masiva y la salud de las personas ¿hemos sido capaces de inspirar proyectos de ley o poner nuestro conocimiento al servicio concreto de las personas?


Si mal no recuerdo y corríjanme si no es así y pido disculpas, el colegio de psicólogos de Chile, uno de los mayores comunicados que saco, fue cuando “Gemita Bueno”, hablo contra los test psicológicos. El colegio de Psicólogos, saco un comunicado público validando su “cientificidad y validez”.


¿Este es el nivel de compromiso al que nuestra disciplina esta llamada? Creo que, con el nivel de conocimiento que manejamos, es éticamente insostenible, no tener una posición frente a estos grandes temas y pronunciarse, ahora son los Mapuches, pero es necesaria una organización conjunta y asumir la condición social de nuestra disciplina, si es que esta tiene algo útil que decir, para la vida colectiva de las personas.


Saludos, Pablo Klimpel F.



PD: Sobre el conflicto Mapuche, se pueden informar en medios como este:



TALLER APRENDER HACIENDO

viernes, 16 de octubre de 2009


Sistematización Reunión Mario Flores Lunes 06 Septiembre


El encuentro se extendió desde las 17:00 a las 20:00 hrs. donde Mario desplegó un taller vivencial y de aprendizaje para luego realizarlo en el congreso.



Taller Aprender Haciendo


El taller constará de tres fases:


Caldeamiento: Constituye la preparación de las personas que componen el taller tanto psicológicamente como corporalmente para así comenzar las actividades.


Núcleo: Despliegue de la actividad central. En este caso es en relación al Rol del psicólogo Comunitario en la contemporaneidad.


Elaboración: Aquí hay cabida para las reflexiones y conclusiones a nivel grupal, la idea es poder traducir en palabras lo que se dio en las etapas anteriores corporalmente.


En esta oportunidad se introduce una nueva etapa en el taller:


El encuadre: Es el primer paso donde se realiza la presentación breve de los conductores, constituye una serie de normas que rigen el taller donde se presentan “las reglas del juego” a los integrantes del taller, incluye la delimitación de los tiempos, los objetivos del taller. Es de extrema importancia dejar todo muy claro en esta etapa.


En el taller a presentar en Paraguay se trabajara, siguiendo los consejos de Mario Flores, con algunas herramientas y técnicas del Sociodrama y teatro espontáneo. Para esto, realizamos un ensayo del taller desde nuestra propia experiencia y posición frente al rol del psicólogo.


Así el taller quedo delimitado de la siguiente forma:

1.- Encuadre


2.- Caldeamiento (50 minutos)


3.- Núcleo


4.-Elaboración


1.- Encuadre (3 minutos)


· Presentación


· Objetivos del taller


· Limites


2.- Caldeamiento (10 minutos)


  • Utilización del espacio (caminar) y contacto visual (se puede incluir música de fondo)

  • Presentación breve de los participantes del taller (congelar el movimiento y elegir a una pareja y presentarse) responde la pregunta: ¿Por qué elegimos ser psicólogos?

  • Seguir con el desplazamiento y preguntar: ¿Cómo caminan los psicólogos? ¿a medio día, en la tarde, en clases, etc.? Invitar a que se gestualicen las diversas situaciones.

3.- Núcleo (25 minutos)


  • En globos escribir las diversas apreciaciones del rol del psicólogo comunitario en la contemporaneidad.

  • Caminar con los globos en el aire, intercambiarlo y leerlo.

  • Seguir, al tercer globo se elige un concepto.

  • Formar grupos y realizar escultura grupal.


**** Finalmente se sugieren 2 alternativas:


1) Intercambiar conceptos con otros grupos y realizar escultura



2) Juntarse en círculo y conversar por las sensaciones y manifestarlo a través de escultura



4.- Elaboración (12 minutos)


  • Reflexión grupal acerca de las sensaciones experimentadas en el taller.

  • Conversar temas de problematización

  • Generar un espacio de reflexión crítica sobre el rol del psicólogo en la actualidad.

  • Finalizar con un collage colectivo mural que sintetice lo que ocurrió en el taller, las dudas, los pensamientos y reflexiones.

  • La idea es dejar un espacio abierto para el dialogo aun después del taller.

Apreciaciones Finales


Mario entregó al equipo una serie de consejos a la hora de llevar a cabo el taller, entre ellos se destacan los siguientes:


- Tener precaución con el contacto físico ( el “tocar” a veces como elemento de contención)


- No dejar temas abiertos


- No abrir temas que no se podrán tratar ni cerrar en el taller.


- Delimitar de forma clara y elegante los objetivos, en el caso de que alguien se salga de los marcos propios del taller.


- Manejar e incluir el lenguaje de genero (a/o)


- Los que dirigen, deben tomar una posición de externa, estar a fuera.


- Utilizar sentido del humor como herramienta rompe hielo de los participantes.


- Ubicación en el espacio, debe haber una preocupación previa de los elementos que se utilizaran en el taller

- “Preparar para…” preparar las condiciones para recibir a la gente (música, velas, etc.)


- Como conductor: Debe captar la atención y tensión de los participantes, trabajar y jugar con estos elementos


Materiales para el taller ( por el momento)


  • Plumones

  • Globos

  • 4 telas

  • Papel o plástico para collage

  • Música

  • Radio


TRABAJANDO

jueves, 15 de octubre de 2009


ESTAMOS TRABAJANDO EN LA ACTUALIZACIÓN DE ESTE ESPACIO, PARA ENTREGAR LAS APRECIACIONES FINALES DE NUESTRA EXPERIENCIA PRE Y POST PARAGUAY.

AGRADECEMOS A TOD@S LAS PERSONAS QUE NOS APOYARON EN ESTE CAMINO, Y APROVECHAMOS DE CONTARLES QUE SE VENDRÁN MUCHAS COSAS MÁS.

ESPERAMOS QUE CONTINUEN VISITANDO ESTE ESPACIO PARA ASÍ FOMENTAR LA DISCUSIÓN Y PARTICIPACIÓN ACTIVA DE LAS PERSONAS, LOGRANDO MEJORAR LA PSICOLOGIA Y EL EJERCICIO SOCIAL QUE ESTA CONLLEVA.

CONSTRUCCION DEL TALLER

martes, 8 de septiembre de 2009

Compañer@s

Les contamos que estamos en la construcción del taller para presentar a los compañer@s de la academia y a los asistentes al COLAEPSI 2009. Mario Flores nos ha instruido en lo que es la construcción de un taller y se ha enfocado en las curvas emocionales de este mismo. La metodología de esta sesión será netamente vivencial, reflexionaremos de manera crítica acerca del ROL DEL PSICOLOGO en la contemporaneidad.

Nuestro asesor Mario Flores utiliza las técnicas de psicodrama y expresión corporal. Pueden encontrar mas detalles sobre su trabajo en http://espontaneocomunitario.blogspot.com/. El aprender-haciendo es una característica fundamental de esta técnica y esperamos que se entusiasmen con esta propuesta ya que prontamente informaremos el día, la hora y el lugar donde realizaremos el taller para los estudiantes.

IN EXTENSO PARA COLAEPSI PARAGUAY 2009

sábado, 15 de agosto de 2009

INTRODUCCIÓN

El presente proyecto nace con el fin de cuestionar los cambios sociales que emergen del sistema imperante, y en consecuencia, como estos remecen en la praxis de la psicología comunitaria y su rol en la sociedad actual. La globalización, el capitalismo y el sistema económico cada vez más avasallador, muchas veces demandan un rol polimórfico en las prácticas comunitarias.

Como estudiantes nos sentimos absolutamente responsables frente a este panorama y buscamos como alternativa el concepto de resistencia para enfrentar las contingencias sociales que se interponen en nuestros caminos. Creemos que desde este concepto, podemos rescatar la grupalidad como un lugar de resistencia, enfrentando la individualidad que el sistema actual nos impone. Desde aquí, hemos decidido no sólo quedarnos en el mundo de las ideas, sino también proyectarnos hacia el ejercicio social organizándonos y trabajando en un proyecto común para dar un vuelco a estas eventualidades.
De esta manera, dándole claridad de cómo dar forma a nuestras inquietudes, acordamos proponer dos momentos y espacios de diálogo crítico: el taller y la exposición; en donde se puedan recoger apreciaciones para luego dar las retroalimentaciones pertinentes en nuestro blog y, posteriormente sistematizar estas experiencias.
PLANTEAMIENTO DEL PROBLEMA

En el año 2008 tuvimos dos semestres de experiencias prácticas haciendo trabajos comunitarios en poblaciones y sectores vulnerables de la cuidad de Santiago de Chile. Es así, que cursando el eje social-comunitario de nuestra malla, realizamos una serie de actividades en relación a la participación, el empoderamiento, desarrollo local, entre otras que se materializaron el taller de circo, futbol callejero, etc. De manera que arrojados a la realidad y enmarcado en estos ejes teóricos nos surgieron unas serie de cuestionamientos que nos intrigan actualmente con la misma intensidad. Así, nos hemos propuesto desarrollar una metodología de IAP que pretenda analizar de manera circular aquellos temas que nos inquietan y que hemos ido procesando a través de las prácticas comunitarias, generando un diálogo con nuestros compañeros y otras comunidades de estudiantes, con el objetivo de construir y empoderarnos de afirmaciones a la hora de enfrentarnos al quehacer del psicólogo, en los distintos ámbitos de acción

Así también reconocemos, que la dicotomía teórico-práctica existente afecta en amplios ámbitos: como en la universidad, cuando se imparten las cátedras, en los distintos trabajos a los cuales podemos acceder y, en otro aspecto, las políticas públicas y los espacios sociales en general. De modo que nuestra propuesta metodológica es una aspiración por integrar estos espacios del conocimiento y simultáneamente propiciar la participación. Por lo que, como gran foco de atención, tendremos a lo largo de este proceso la pregunta ¿En que consiste el oficio del Psicólogo Comunitario? debido a que creemos que los roles que estamos buscando representar en esta sociedad actual están teñidos de acciones sin reflexión, lo cual significa que no nos estamos haciendo cargo de lo que implica ser psicólogo en la sociedad actual, teniendo que cargar con las representaciones, fantasías y expectativas que tiene la sociedad acerca de la psicología y su quehacer.

Ahora bien, considerando lo expuesto anteriormente, nos situamos inevitablemente en un contexto, este es el sistema neoliberal que produce efectos en los mas ínfimo de las estructuras de la sociedad y consecuentemente en las subjetividades de nosotros, los individuos del capitalismo.

Es en este contexto, y sin dejar de mencionar que la psicología se enmarca dentro de un modelo científico, privilegiando ciertas variables y formas de accionar por sobre otras; es que nos cuestionamos acerca de ¿Cómo es el oficio del psicólogo en los tiempos actuales? Y en este sentido ¿Debemos ser entes facilitadores, manipuladores, sobreprotectores? ¿Se posibilita la transformación social desde el rol del psicólogo?

Para desarrollar el marco teórico de nuestro proyecto nos guiaremos por tres lineamientos teóricos que son el rol del psicólogo, para lo cual constaremos con autores como Maritza Montero y Domingo Asún, por otro lado, nuestro segundo lineamiento será el concepto de resistencia la cual será una postura construida a través de los postulados de Foucault, Giroux y por ultimo algunos breves enunciados acerca de las políticas públicas chilenas con referentes como Alfaro y Rozas.

OBJETIVOS

Objetivo general

Gestar una Investigación Acción Participante que nos permita problematizar en torno al rol de psicólogo comunitario.

Objetivos específicos

Preguntar a treinta y cinco personas chilenas de la ciudad de santiago; ¿Cuál es el trabajo que hace un psicólogo? Y ¿Si hubiera uno es su población o barrió, que trabajo podría realizar?

Realizar el taller “¿Cual es el rol que nos convoca?” a quince estudiantes de psicología de la Universidad Academia de Humanismo Cristiano que hayan realizado una pasantía comunitaria.

Crear una bitácora virtual (blog) que nos permita sistematizar las actividades que contempla nuestra metodología de trabajo.

MARCO TEÓRICO

Rol de psicólogo


Parece fundamental cuestionarse por el rol de psicólogo en las practicas comunitarias, ya que la psicología comunitaria en si nace como la respuesta a una crisis en la Psicología que imperaba en los año sesenta, la cual sostenía una concepción de sujeto pasivo, receptivo y dependiente. “Surge, entonces una crisis de legitimidad y de significación por redefinir el objeto de estudio y de intervención” (Montero, 2004; 20)

De manera que esta psicología naciente carece de definición, lugar académico y profesional, modelos teóricos y metodológicos, sin embargo tenia gran claridad acerca de la concepción de sujeto a quienes iban dirigidas sus practicas; Este es, alguien dinámico, activo y que se hace participe de la construcción de su propia realidad en un momento histórico determinado.

Es de esta forma que emerge una primera consideración para el cuestionamiento sobre el rol de este psicólogo, que es tomar siempre en cuenta el rol activo que tiene la comunidad. Es en este sentido que surge la metodología participativa intentando despojar acepciones pasadas y la misma dicotomía teórica práctica, como lo plantea Montero (2004):

La unión entre teoría y práctica es uno de los principios fundamentales de la psicología comunitaria y, junto con la consideración del carácter activo de los participantes provenientes de las comunidades y la redefinición del rol de los psicólogos comunitario, contribuyo al desarrollo de la perspectiva metodología participativa que caracteriza al método en la psicología comunitaria. (p. 72)

El amalgamar la teoría y la práctica es uno de los desafíos más complejos que ha asumido la psicología comunitaria y, se ha visto cristalizada bajo distintos dispositivos e intervenciones que demandan una polifuncionalidad mediatizada por la tecnología gubernamental neoliberal. Por lo que se puede decir que el trabajo comunitario se ha vuelto cada vez más tecnócrata. Bajo esta lógica interventiva el psicólogo prescinde de su histórica posición de poder para pasar a ser participe relaciones horizontales y eventualmente igualitarias.
Consideraciones acerca de la resistencia

El concepto de resistencia denota un sin numero de aristas posibles, ya sea desde los aspectos psicológicos, lo sociológico y hasta sus acepciones semánticas. Sin embargo la intencionalidad del presente estudio no va en la dirección de estudiar la resistencia como un fenómeno cultural, sino que busca hacer de ella una herramienta legítima para la práctica cotidiana en el espacio comunitario.

Para entender el por que de la resistencia, se considera fundamental realizar una contextualización en tanto individuos situados en el neoliberalismo. Es en Foucault donde encontramos una especie de arqueología del poder y sus distintos dispositivos encargados del control de la corporalidad y su accionar. Bajo esta lógica, la institucionalidad juega un papel fundamental en el proceso de subjetivización, ejerciendo por tanto – como lo postulara Bourdieu – violencia simbólica y manteniendo un determinado orden social. La violencia simbólica es definida por Bourdieu (Saavedra, 2001: 161) como;

Un medio de legitimación e imposición de las formas culturales, la cual se caracteriza por una arbitrariedad social y cultural. Para ello la violencia simbólica se manifiesta como una modalidad distinta de la violencia abierta y notoria, es distinta, pero eficaz porque consigue imponer ciertos significados como si fueran los únicos.

Son este tipo de aportaciones las que nos hacen pensar la resistencia como un camino en donde sea posible problematizar dialógicamente la práctica y la necesidad de rescatar la grupalidad y las comunidades como un espacio de resistencia ante la sutil pero efectiva imposición de normas.

Por otro lado, desde el enfoque critico que propone Montero, se entiende la resistencia como “la posición que denuncia, demuestra y rechaza el mantenimiento y la justificación de condiciones injustas de vida y de modos de conocer insatisfactorios” (Montero, 2004, 61)

Esta construcción orienta a la reflexión autocrítica que comprende una determinada visión de la resistencia como un síntoma mas – entre tantos – del neoliberalismo.
Práctica comunitaria desde las políticas públicas

Es imprescindible dar cuenta de la práctica comunitaria dentro de las políticas públicas, es dentro de este marco de acción en donde el rol del psicólogo comunitario tiene una importancia clave para el desarrollo humano de la población, en cuanto a valores, relaciones sociales y procesos de subjetivación.

Para entender el accionar de las políticas públicas se debe precisar que:

El condicionamiento de la estrategia de la Política Social establece límites y posibilidades especificas y concretas. Como muestra Rozas (1993) al analizar las implicancias de los programas estatales para la Psicología Comunitaria [….], la dinámica de relación no es una cuestión de carácter burocrático o administrativo, sino que se establece en respecto del modelo de referencia técnico e ideológico que opera en el Estado, el cual se configura no sólo una forma de ver (“diagnosticar” dice Rozas), sino que se vincula con una forma determinada y específica de trabajar y tratar los problemas. (Alfaro, 2006, 92).

Es decir, dentro de este foco de acción el rol del psicólogo comunitario se ve supeditado a lo que la institución pretende instalar dentro de la población y se ve mediatizado por proyectos focalizados solo en cuanto a necesidades de subsistencia dejando en segundo plano la integridad subjetiva de las personas, es por esto que el psicólogo comunitario tiene que establecer un eje de acción, que en términos profesionales crea una tensión al tener que velar tanto por los intereses de las instituciones públicas como, los intereses de la población. Es por este motivo, que el carácter de esta investigación tiene el objetivo de problematizar el rol del psicólogo comunitario dentro de todos los ejes de acción posibles, en el caso de las políticas públicas el psicólogo comunitario se posiciona en el medio de la institución y la población, haciendo de su trabajo una ejecución más que un participe del proceso, es decir, es una herramienta más de la institución más que un actor de la realidad que se quiere transformar.


MARCO METODOLÓGICO

De manera que teniendo una claridad de cómo dar forma a las inquietudes presentadas con anterioridad, proponemos dos momentos y espacios de diálogo crítico: el taller y la exposición; en donde se puedan recoger apreciaciones para luego dar las retroalimentaciones pertinentes en el blog y, posteriormente sistematizar estas experiencias.

Debemos considerar que nuestro taller constará de tres fases, el que hemos ilustrado en un gráfico del siguiente modo:


Es así que a través de tres técnicas: la fotografía, la cartografía y la escultura, que corresponden respectivamente a los tres momentos del taller; materializaremos esta etapa de la metodología.

Caldeamiento

Se configura a través de fotografías que constan de recoger impresiones de personas comunes frente a la siguiente pregunta: ¿Cómo ve UD a los psicólogos?

Núcleo


Con las discusiones que se generen en el caldeamiento se recogen y captan impresiones

globales las cuales se plasman en un mural colectivo= la cartografía.

Elaboración


Finalmente la cartografía permite generar esculturas (un mapa semántico con las palabras y frases que den cuenta de alguna resolución de la discusión) que nos servirán para realizar un análisis social acerca de la pregunta ¿Cuál es el rol del psicólogo en las prácticas comunitarias?


Como gran resultado a lo largo de nuestro proceso práctico y teórico, surge la creación de una propuesta metodológica en donde la idea es producir protagonismo-hacer participación a través de la siguiente propuesta por etapas de Investigación Acción Participante (IAP).
CONCLUSIONES

A modo de conclusión podemos decir que, a través de un sin número de problematizaciones contextualizadas dentro de una realidad concreta, a partir de las intervenciones realizadas en los procesos de experiencias practicas, el rol del psicólogo comunitario dentro del campo de la praxis se ve muy tensionado en cuanto a la forma en que se posiciona dentro de la población y frente a esto, nosotros proponemos que el Rol del Psicólogo Comunitario debe tender a generar procesos que colaboren con la dinamización social, que los sujetos con los cuales intervienen se transformen en actores sociales que repercutan en la transformación de sus realidades. Debe ser un facilitador que ponga en juego todas sus competencias técnicas para promover autonomía y en definitiva permita a la comunidad descubrir herramientas prácticas que le permitan resistir a un sistema que daña el tejido social y que quiebra las confianzas de las comunidades.


Crear una identificación desde una mirada construida con la comunidad, si vemos que en ella hay individualidad primero debemos trabajar en reconstruir las confianzas, poner acento en la valoración de la organización, en el sentido de que con la unidad de las voluntades es posible transformar realidades.


Primero es necesario visualizar como oportunidad a las organizaciones existentes en los sectores, articularlas y convertirlas en redes donde se apoyen mutuamente, desde ahí trabajar con metodologías que apunten hacia la concientización de las prácticas que hoy mantienen sumida a la población, es decir, a través del dialogo promover reflexiones que vayan generando procesos prácticos más profundos en la construcción de actoría social para que desde las bases, a través de la educación popular broten educadores y educadoras críticos que aporten a la disputa de la hegemonía que se imponen desde las cúpulas, esto permitiría generar prácticas culturales que motiven la organización de las vecinas y vecinos.


Cuando no hay organizaciones, el trabajo es más complicado pues hay que apostar por las voluntades dirigenciales de las poblaciones, si no es así, apostar por el vínculo que se puede establecer con la comunidad a partir de acciones que el psicólogo deberá, con la ayuda de un equipo, desplegar en el territorio.


El psicólogo debe despertar su conciencia crítica junto a las personas que tengan voluntad de acercarse, aquí es necesario ir generando condiciones a través de un proceso que quizás es más largo, pues es necesario resignificar lo colectivo, la posibilidad que da el trabajar en grupo que cuando hay unidad las cosas se vuelven más sencillas, es decir favorecer que la organización se vuelva un sostén de lo individual donde se produzcan espacios de encuentro entre las subjetividades. Cuando se avanza en la organización y el sentido que ésta tiene es necesario comenzar con acciones participativas que se vuelvan cada vez más protagónicas por la comunidad y en definitiva apunten a la construcción de actores sociales relevantes para tener un rol en la generación de políticas que aporten al desarrollo social. En este sentido uno de los logros puede ser el promover organizaciones de vecinas y vecinos que, a partir de la praxis generen acciones directas en sus barrios que estén en beneficio directo de la comunidad, que se hagan cargo de recuperar y reconstruir el tejido social.


Desde los elementos de la educación popular, hay acercamientos que a largo plazo pueden provocar experiencias positivas, pues hay que romper con la inmediatez y darle sentido a la proyección, una buena estrategia sería trabajar desde proyectos para conseguir objetivos, con esto se revalora el trabajo, se posterga la gratificación y busca develar que en grupo es más grato cumplir con los objetivos. Pero esta labor también debe comprometer a la comunidad quienes deben trabajar en la reconstrucción de las confianzas.


Cuando se habla de reconstrucción de confianzas, del tejido social, de la grupalidad y la utilización de la resistencia como una herramienta, se pretende transmitir y dar cuenta de complejos procesos culturales y por cierto psicológicos que demandan una toma de posición - y como ya se mencionara – de una suspicaz pero siempre necesaria lectura de la realidad. Y es bajo este prisma, que el rol del psicólogo comunitario demanda no solo una preparación académica y consiguiente adquisición de competencias, sino que además debe fundamentalmente contemplar un proceso de permanente auto evaluación crítica acerca del hacer cotidiano para otorgarle un sentido que permita resignificar las prácticas y otorgarle a la psicología comunitaria el protagonismo que merece dentro de las ciencias sociales.


Es de vital consideración reconocer – por muy evidente que parezca – que el psicólogo es también un individuo que porta su propia historia y bajo esta lógica, es su subjetividad la que esta en juego en los procesos sociales que pretende emprender y co-construir.












TALLER: APRENDER HACIENDO. COLAEPSI PARAGUAY 2009

PONENCIA: ¿Cuál es el rol del psicólogo en las prácticas comunitarias? COLAEPSI PARAGUAY 2009

Trabajo en La Pintana

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